La libertad de expresión en el arte
“El arte, creo que todo arte, es en primer lugar comunicación”:
- Rosa Montero, El peligro de estar cuerda (2022)
El arte no sólo es estética, un placer visual o la provocación emocional, también es una voz para las minorías, una manifestación ante injusticias sociales, la defensa cultural que no sabíamos que necesitábamos. Por ello, va intrínsicamente relacionado con los derechos humanos, como es el libre desarrollo de la personalidad y la libertad de expresión.
La pintura, la música, la escultura, los escritos y poemas han sido manifiestos emocionales, políticos, romántico y gritos de ayuda. Es cierto que hay obras que no tienen un mensaje escrito entre líneas, es difícil determinar lo que el artista quiso transmitir. Más allá de la explicitud, genera en el espectador una emoción o pensamiento completamente subjetivo, inherente a la persona. Depende del tipo de obra, podemos tomar como ejemplo las pinturas de Jackson Pollock, que a grandes rasgos se puede decir que es una mezcla de colores que no representa más, aunque se han hecho análisis jurídicos en los cuales se explica por qué sí representan libertad de expresión.
Las pinturas de Jean Michel Basquiat son el claro ejemplo de una manifestación político-social, ya que él buscaba denunciar el racismo sufrido a través de colores que representan actos disruptivos entre ciudadanos y autoridad. Por otro lado, está el caso de las mujeres iraníes que para manifestarse en contra del régimen de Ayatollah Alo Khamenei, utilizaron el arte. Dedicaron sus pinturas, esculturas y poemas a la causa libertaria del régimen. Tras la muerte de muchas mujeres, decidieron utilizar el arte como medio de comunicación ante sus opresores y el mundo, buscando apoyo para que les devolvieran su libertad. En el libro Women, life, freedom, se relata la historia de diversas mujeres que fueron violentadas por el régimen y, a pesar de ser amenazadas de muerte, siguieron creando para la recuperación de sus derechos humanos. De hecho, en el libro, Malu Halasa dice, “el rol del arte en este momento histórico ha sido indispensable”.
En otro contexto, tenemos a Bansky, artista de obra urbana caracterizado por pintar temas polémicos como la guerra entre Palestina e Israel; la opresión de la autoridad e incluso, hace unos años en Chiapas pintó en pro del movimiento zapatista. Es un artista que pinta para visibilizar y sacudir a la sociedad ante injusticias y problemas sociales actuales y urgentes. ¿El arte logra unir a la sociedad ante situaciones violatorias de derechos humanos? Personalmente, considero que la respuesta contundente es sí. El arte es utilizado de diversas maneras, no necesariamente para expresarse. Sin embargo, en muchas ocasiones es una herramienta de comunicación y denuncia ante el abuso y, por ello, me fascina la idea de unir el arte con libertad de expresión.
Ahora, a la luz de estos ejemplos mundiales, es menester distinguir entre libertad artística y libertad de expresión. De acuerdo con la UNESCO, la libertad artística “es la libertad de imaginar, crear y distribuir expresiones culturales diversas sin censura gubernamental, interferencia política o presiones de actores no estatales.” además, “Incluye el derecho de todos los ciudadanos a acceder a esas obras y es fundamental para el bienestar de las sociedades.” Mientras que, de acuerdo con el artículo 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos, la libertad de expresión es un derecho que, “[…] comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección”.
Se concluye que, la libertad de expresión se consagra como un derecho fundamental y, la libertad artística se consideraría dentro de este derecho. El derecho de libertad de expresión, como la mayoría de los derechos fundamentales, queda abierto a la interpretación y, como su nombre lo dice, es la manifestación libre de expresar ideas, lo que integra dicho derecho no está tallado en piedra. Es cierto que la libertad de expresión y libertad artística son muy similares, pero me atrevo a asegurar que uno dota de fondo a otro.