El regreso de la delgadez: ¿cambió mi cuerpo o cambiaron las tallas?
Hace algunas semanas fui a American Eagle en busca de unos pantalones estilo mom jeans, un estilo caracterizado por ser jeans más holgados y relajados. Tengo años comprando este estilo, pero por alguna razón últimamente se me había dificultado encontrar algún diseño que me gustara, ya que cada vez había menos variedad. Esa vez cuando pregunté cuándo les llegarían más estilos me dijeron que estaban por descontinuar los jeans de ese estilo, debido a que estaban regresando nuevamente los estilos más apretados.
Debo admitir que en ese momento sentí algo de pánico. ¿Pánico por unos simples pantalones, Sofi? Eso fue lo que pensé, descartando el hecho como algo insignificante. Unos días después salió el polémico anuncio de Sydney Sweeney en American Eagle y me empecé a cuestionar si mi experiencia reciente tal vez no era tan insignificante como pensaba.
Es curioso porque el regreso de la moda de la delgadez extrema no es un tema que recién se esté comenzando a hablar, y tampoco regresa sola. A pesar de que hace un par de años se comenzaba a discutir sobre el tema, nunca había pensado en los efectos que tendría directamente en mí. Si bien disfruté un par de años de sentirme bien con mi cuerpo y poder comer sin tener que preocuparme, de pronto empiezo nuevamente a tenerle miedo a que me pesen, sentirme culpable por comer algunas cosas y por dejar de hacer ejercicio. Y aunque ilusamente creí que si estaba consciente del temido regreso de esta moda no me iba a afectar, pero una vez más la realidad social fue más sigilosa y controladora de lo que pensaba.
Empezando por el contenido que cada vez incrementa en redes sociales, pasando del famoso body positivity a los clubes de runners y fitpass para clases de cycling y pilates. Cuando me refiero a que la moda de la extrema delgadez no regresa sola, es precisamente porque está acompañada de muchas otras narrativas que nos exigen un estilo de vida específico. No está mal querer hacer ejercicio, pero últimamente se ha convertido en una estética y performance.
Las carreras siempre han existido, así como las clases de pilates y otras cosas. La diferencia es que ahora es algo que vemos en redes. Las historias de la gente en las carreras o compartiendo en sus historias los logros de aplicaciones como Strava - y admito al público que es una aplicación que en mi vida he descargado pero me sé el nombre de memoria porque la veo en mis historias al menos una vez a la semana, un aumento al equipo de marketing de esa app por favor.
Claro que cada quien es libre de hacer lo que quiera con su vida, pero se me hace muy peligroso no hablar sobre cómo la lógica general no es hacer ejercicio por salud, sino que, como se decía en un artículo del Washington Post, “es una forma de empaquetar estéticamente el colonialismo, el clasismo y la blanquitud”. No solo es ir a correr, sino que es ir a correr con una marca de tenis específica. No solo es ir a cycling o pilates, sino que además debes ir con tu conjunto Lululemon. No es casualidad que el precio de las carreras deportivas haya incrementado, así como las marcas que están presentes en estos círculos tengan un crecimiento de ganancias.
A la par, vemos un auge en tendencias como el clean look y el regreso de estéticas como el old money, mientras que también regresan los gobiernos conservadores y de ultraderecha. Se han hecho múltiples análisis sobre cómo todo esto, junto con la moda de la delgadez y las tallas apretadas, se relaciona con la incertidumbre económica y épocas de recesión. Cada una de estas tendencias se alinean a valores conservadores y tradicionales, así como insistir en disminuir la diversidad y la expresión personal.
Pero me preocupa aún más el efecto real que pueda tener en nuestras vidas y nuestros cuerpos. En lo personal, me siento estafada, como si todo este movimiento de la aceptación del cuerpo haya durado demasiado poco… o que en realidad las otras modas como la delgadez nunca se fueron realmente, esperando la excusa perfecta para salir de la sombra. Y mientras siguen existiendo quienes hacen contenido como la aceptación de todos los cuerpos, me parece más que están resistiendo un fuerte que cada vez tiene menos personas.
Me parece triste que ni siquiera ha habido el tiempo suficiente para hablar sobre las grandes mentiras que todas estas tendencias nos quieren vender. Ideas como “si quieres puedes” que se acercan peligrosamente a la meritocracia y el clasismo, y claramente la gordofobia. De nuevo se nos regresa la responsabilidad de “cuidar” nuestros cuerpos a través de lo que comemos y el ejercicio, pero nadie habla de la excelente época económica que están viviendo les fisioterapeutas que atienden todas las lesiones de runners. Pero mi mentira favorita siempre serán las tallas.
Hay un miedo generalizado a engordar o envejecer, rechazando por completo el hecho de que nuestro cuerpo va a cambiar con el tiempo. Sin embargo, la idea que tenemos sobre cómo se ve una talla grande, o que todas las prendas se manejan por la misma lógica de tallas, cuando cualquier persona que se haya probado ropa se ha dado cuenta de que las tallas son más variables que los aranceles. Además de que, mientras se nos exige trabajar, sostener la vida adulta y hacer ejercicio al mismo tiempo, las marcas de ropa están reduciendo las tallas cada vez más.
Tal vez es inevitable que estas modas regresen y veamos desaparecer poco a poco todas esas campañas de body positivity que existen en los probadores o modelos diverses en la publicidad de las tiendas. La relación con nuestros cuerpos no siempre es perfecta y puede que todo esto la dificulte aún más. Pero sí que podemos estar preparades para afrontarlo, y no me refiero a tener una gran autoestima.
De verdad pienso que a veces para ser radicales basta con saber que, se vale descansar de hacer ejercicio aquellos días que nada más no puedas, o recordar que si no te quedó la talla que normalmente usas, no significa que no estés esforzándote lo suficiente.
Pareciera que todas estas tendencias sociales solo se quedan volando en algún lugar. Pero nuestros cuerpos muchas veces son los primeros en sentir estos efectos. Nos alcanzan antes de poder preguntarnos de dónde viene esa vocecita de culpa cuando no cumplimos con los estándares. Ahora ante el regreso de estas modas, la pregunta sería: ¿hasta dónde permitiremos que controlen y limiten nuestros cuerpos esta vez? ¿Haremos algo al respecto o solo esperaremos a que esta moda pase de nuevo?
Fuentes
Serrano, M. (2025, 13 de abril). La incertidumbre económica dispara el culto a la delgadez. https://www.articulo14.es/economia/la-delgadez-indice-de-la-economia-20250413.html
Sánchez, C. (2025, 13 de junio). El clean look y su relación con la extrema derecha. Binary. https://binary.media/el-old-money-o-clean-look-y-su-relacion-con-la-extrema-derecha/
Bustos Gorozpe, F. (2022, 19 de agosto). El estilo ‘old money’ es una reafirmación del clasismo y blanquitud del pasado. The Washington Post. https://www.washingtonpost.com/es/post-opinion/2022/08/19/old-money-aesthetic-outfits-estilo-racismo-clasismo/
Navarro Hernández, J. C. (2025, 16 de julio). México está viviendo su “Running Era”. La Crónica de Hoy. https://www.cronica.com.mx/deportes/2025/07/16/mexico-esta-viviendo-su-running-era/#:~:text=El%20precio%20promedio%20de%20un,el%20running%20en%20nuestro%20pa%C3%ADs.