Declaraciones con estereotipos de género que impactan a la lucha feminista y atentan contra la igualdad social
“Sí, es difícil, muy difícil ser mujer, porque en realidad no sabes en qué consiste ni quieres asumir lo que la tradición exige.”
-Rosa Montero, La ridícula idea de no volver a verte (2014)
A un mes del polémico video de Javier Hernández, alias “Chicharito”, aún hay controversia en redes sociales. Primero pongámonos en contexto, el pasado 19 de julio de 2025, Chicharito publicó un video en sus redes sociales que iniciaba con esta oración: “Entonces, quieres a un hombre proveedor, pero para ti limpiar es opresión patriarcal. Interesante…”. Pareciera ser que el futbolista no sabe realmente la definición de opresión, mucho menos de patriarcal y ni hablar de la insinuación que hace respecto al estereotipo de hombre proveedor.
A pesar de las críticas en redes sociales y su intento de disculpa pública, Chicharito continuó comentando sobre las mujeres al decir que “Están erradicando la masculinidad, haciendo a la sociedad hipersensible”; “Encarnen su energía femenina: cuidando, nutriendo, recibiendo, multiplicando, limpiando, sosteniendo el hogar, que es el lugar más preciado para nosotros los hombres”; “No le tengan miedo a ser mujeres, a permitirse ser lideradas por un hombre, que lo único que quiere es verlas felices, porque nosotros no conocemos el cielo sin ustedes”. Es evidente la razón por la cual estas declaraciones generaron una fuerte respuesta crítica, incluyendo investigaciones por parte de la Federación Mexicana de Fútbol, sanciones económicas y un apercibimiento formal.
Sin embargo, aunque para una gran parte de la población dichos argumentos son indignantes, existe un alto porcentaje de ciudadanos que están de acuerdo con el futbolista, evidenciando el sistema patriarcal que aún vivimos. Por ello, los videos son dignos de ser comentados, pero sobre todo cuestionados, pues reflejan todos los estereotipos que en pleno siglo XXI siguen existiendo y fomenta el machismo, además de ser un discurso opresor basado en estereotipos de género. Por lo cual, tenemos que buscar una crítica constructiva y procurar mostrar por qué lo compartido ese sábado es sumamente decepcionante y peligroso. Lo que nos lleva a cuestionarnos, ¿Qué implicaciones tiene que una figura pública se exprese de esa forma? Al no estar de acuerdo con él, ¿limitamos su libertad de expresión?
Como sociedad, tenemos una responsabilidad y, como mujer, me siento aún más responsable de alzar la voz en por qué no es posible reducir los comentarios del futbolista a simples “bromas” o frases que dijo un sábado cualquiera porque no lo son. No son micromachismos, es decir, actitudes generalmente sutiles, muchas veces disfrazadas de humor, que perpetúan la desigualdad de género. Son discursos machistas explícitos, revestidos de un falso tono motivacional. Chicharito se mueve entre micromachismos cotidianos (como la idea de que limpiar es “natural” para las mujeres) y un machismo estructural y frontal (acusarlas de “fracasar” por no cumplir con esos roles).
Es importante mencionar que, hay una diferencia importante entre el hecho de que hay mujeres que eligen y disfrutan encargarse del hogar, cocinar, limpiar y dedicarse a la familia y el que un hombre se sienta con el derecho y el poder de determinar que las mujeres deben de tomar ese rol por su género, pues ahí es puro y claro machismo. Como bien menciona la periodista, escritora, luchadora y activista Lydia Cacho en Cartas de amor y rebeldía (2022), “El machismo hace de la necesidad virtud para perpetuarse, aunque sea a costa de la injusticia social y de todo el daño que ocasiona a las mujeres”.
En este sentido, resulta útil traer a colación la teoría del sexismo ambivalente de Peter Glick y Susan Fiske. Ellos distinguen entre el sexismo hostil, el cual es abiertamente negativo y despectivo hacia las mujeres y, el sexismo benevolente, que se presenta como aparentemente positivo o protector, pero que en realidad impone roles rígidos y limitantes. La idea del “hombre proveedor” que plantea Chicharito encaja en esta segunda categoría. Como mencionan los autores, el sexismo es una forma de prejuicio profundamente arraigada que abarca actitudes, comportamientos y hostilidades discriminatorios dirigidos específicamente a las mujeres por su género (Glick y Fiske, 1996).
Los comentarios machistas no se quedan en palabras, pues no actúan de manera aislada. Cada argumento, declaración, chiste, comentario va configurando una cultura que enmarca a las mujeres en un deber ser, donde la feminidad se distingue por la limpieza y el cuidado. Lydia Cacho, nuevamente en Cartas de amor y rebeldía dice, “El machismo no necesita hombres, lo que busca es el héroe de la estatua trasladado a la vida para hacernos de mármol o de bronce. Quiere hombres insensibles, rígidos, inflexibles, fríos…pero admirados por lo que están dispuestos a hacer, no sólo por lo que hacen”. ¿Acaso Javier Hernández busca ser el héroe macho que ninguna mujer del siglo XXI busca?
Ahora, algo que me parece impresionante es que está semana la cantante Alicia Villareal salió en defensa de Chicharito, argumentando en favor de la libertad de expresión. Lo cual, nos hace preguntarnos dónde está el límite entre la libertad de expresión y permitir la promoción de un discurso que busca fortalecer estereotipos de género al encasillar a las mujeres en un rol dedicado a la limpieza.
Si bien es cierto que la libertad de expresión es una garantía fundamental inherente a todas las personas, como todos los derechos tiene un límite. Aunque no esté explícitamente establecido en ley, se debe reconocer que el derecho de una persona termina cuando se infringe el de otra. En el momento que se realizan comentarios machistas y misóginos que promueven la opresión patriarcal, se atenta contra la dignidad de las mujeres, pues se promueve un discurso que podría considerarse de odio ante el género femenino, en el cual se impone un rol que no pertenece a las mujeres por el mero hecho de ser mujeres.
En el libro, Mujeres invisibles (2019), se demuestra la ignorancia sistemática de la mitad de la población, pues con base en estadísticas y ejemplos de casos de la vida real, se evidencia cómo el mundo está diseñado para hombres. Caroline Criado, autora del libro, establece que “El hecho es que el valor es una cuestión de opinión, y la opinión está informada por la cultura. Y si la cultura está sesgada hacia los hombres, como lo está la nuestra, no puede evitar estar sesgada contra las mujeres. Por defecto”. Con ello, se refuerza lo que ya sabemos, la cultura tiene un impacto directo en la perspectiva que tenemos de la sociedad y los roles de quiénes la conforman.
A pesar de que Javier Hernández tiene derecho a opinar, como figura pública con millones de seguidores, su discurso adquiere un peso social distinto al de un ciudadano común, pues impacta en la cultura de quienes lo siguen. Esto genera una responsabilidad indirecta, ya que lo que se comunica no se queda en lo privado. Se considera que en el aspecto privado cada uno puede pensar como prefiera y vivir acorde a ello. Sin embargo, al llevar una vida pública hay que considerar un bien mayor y evitar infringir los derechos de los demás. Cuando un futbolista reconocido da un discurso basado en roles tradicionales de género, contribuye a normalizar prácticas y creencias que frenan la igualdad y promueven el machismo.
Pareciera ser que, si bien la libertad de expresión da legitimidad para declarar, no es así, pues no implica impunidad frente a la sociedad. Como se mencionó, no se busca silenciar ni fomentar la cultura de la cancelación social, por el contrario. se busca abrir canales en los cuales se abra debate y se reflexione sobre por qué este tipo de declaraciones son problemáticas. El riesgo es que mensajes como el de Chicharito retroalimentan estructuras patriarcales que el feminismo ha intentado desmontar durante décadas. Mientras se lucha por reconocer la igualdad salarial, la violencia de género y la carga desproporcionada de tareas domésticas, él reaviva una idea de “hombre proveedor” vs. “mujer que limpia” que no va acorde a los valores y cultura de este siglo.
Chicharito Hernández continúa publicando videos en Instagram donde promueve el machismo y refleja el sistema patriarcal en el que todavía vivimos, además de cómo hay hombres (en ocasiones también mujeres) que aún consideran que esa es la forma en que la sociedad debe dividirse, cómo las mujeres deberían de actuar y por qué algunos hombres (como él) muestran un poder machista que disfraza la realidad de una cobardía e inseguridad que el feminismo ha buscado erradicar y continuará hasta lograrlo.
Por tanto, es sumamente importante que estos discursos sirvan como punto de partida para reflexionar, criticar y buscar herramientas comunicativas basadas en el respeto para fomentar una cultura política, social y económica que reconozca a los hombres y a las mujeres como los seres iguales que son. Dejar de colocar a las personas en determinadas actividades y roles sólo por su género y reconocer que cada uno es libre de llevar a cabo la profesión que elija por voluntad propia y no por una imposición social que ha quedado años atrás.